En la montaña, la indecisión es una sentencia de muerte: quedarse quieto, dudar o retroceder significa no volver. En los negocios, cada oportunidad es igual de crítica: una llamada que no hacés, una venta que postergás, una negociación que no cerrás. El hombre que actúa con decisión multiplica sus posibilidades; el que se paraliza las pierde todas. Tu mentalidad es tu herramienta más vital: si no la entrenás como si tu vida dependiera de ello, ya estás perdido. En los negocios, como en la montaña, se juega a ganar o a morir.